Xataka
Contenidos contratados por la marca que se menciona.

+info

¿Nos gustaría poder ver el futuro? Una pregunta difícil que seguro nos plantea un profundo debate interno. ¿Acabar con la curiosidad o mantener la incertidumbre? Es por eso que en este artículo hemos analizado alguno de los últimos concepts del mercado en movilidad eléctrica, que nos definen algunas tendencias.

En el caso del coche eléctrico contamos con herramientas para tratar de predecir sus próximos pasos. El desarrollo de las nuevas tecnologías, la progresiva ampliación de su infraestructura de carga, o las nuevas baterías de ión-litio con mayor autonomía son solo algunos de los ejemplos más destacados en los que se está trabajando para el apartado técnico, pero ¿cómo será el VE del mañana?

En la actualidad, muchas marcas están elaborando prototipos de concept car que nos ofrecen los primeros detalles de cómo lucirán algunos aspectos de la carrocería, la iluminación, o las líneas interiores. Parece que lo más llamativo a primera vista será el predominio del crossover y el SUV, que continúan en la cúspide del mercado, pero reduciendo algo más la altura de los techos, acercándose a la figura del sedán o berlina.

Los contornos redondeados y futuristas se perfilan con líneas de luz LED y curvas luminiscentes que pretenden así acentuar más su forma aerodinámica. Sin lugar a dudas, un trabajo en el que la imaginación y la ambición se ponen al servicio del estilo, para comenzar a explorar más allá el futuro de la conducción eléctrica. Veamos algunos ejemplos.

¿Qué haremos con el espacio para el motor?

Desde nuestra perspectiva actual parece que viajar en «una burbuja de cristal» (arriba) es aún utópico, pero el vehículo eléctrico del futuro se cuestiona las formas que le precedieron. El motor eléctrico, como sabemos, es un sistema de propulsión más compacto y ligero que el de combustión interna y, debido a su tamaño, libera bajo el capó un espacio aprovechable e interesante. Esto podemos observarlo ya en el morro aerodinámico del Citroën C-Zero.

El frontal del VE permite variaciones y nuevas posibilidades que, incluso, podrían llevarnos algún día al formato cápsula tan popularizado en las películas. Puede que modelos futuristas inspirados en la ciencia ficción y en las misiones Apolo, como el caso del Citroën EGGO, estén lejos aún.

Parece que el futuro más cercano nos dirige hacia vehículos con una línea superior en forma de coupé, pero que a su vez permitan un interior espacioso derivado de la familia SUV, con las ruedas más cerca del parachoques frontal y una figura redondeada tirando hacia la esfera. Los techos arqueados y aerodinámicos parecen establecerse sin que eso suponga una reducción considerable del espacio interior. A su vez, la visibilidad gana adeptos y las carrocerías integrarán una mayor cristalería en puertas.

El deportivo eléctrico desfila por la pasarela

En una segunda aproximación a un futuro más cercano, tenemos que los conceptos más innovadores y contemporáneos convergen en los diseños deportivos. En contraposición con la idea original de un coche eléctrico pequeño y económico para ciudad, ahora van surgiendo modelos llamativos que pretenden captar la atención y concentrar todas las miradas a su paso.

En el apartado exterior, prototipos como el Citroën Egoiste EV (abajo) buscaban una altura baja y parabrisas panorámicos que permitan una amplitud de visión extensa a sus pasajeros. Es por ello que Citroën lo seleccionó para su presentación en el Citroen Design Studio de Paris en 2010. Tiempo atrás, pero ahora que la tecnología del vehículo eléctrico está desarrollada, los concept del pasado podrían dar un impulso extra a esta movilidad conceptual. No sería la primera vez que se rescata un modelo del pasado, y triunfa.

En los deportivos EV concept destacan la confianza y seducción en sus líneas exteriores y una suspensión baja que permite al conductor entrar y salir casi al nivel del suelo como si de una pasarela se tratase. En general, los deportivos eléctricos se orientan hacia el minimalismo en sus líneas pero con un alto nivel de extravagancia en sus detalles: ausencia de puertas laterales, apertura de techos en forma de escotilla, paneles solares superiores para suministrar energía a las funciones de a bordo y conducción menos erguida, con mayor espacio para las piernas. Muchos de estos factores podrían ser un estándar del mercado en unos años, y es necesario considerarlos como candidatos.

Interiores a todo color (y luz)

Este es quizá uno de los apartados más llamativos. Los concept car que hemos podido observar hasta el momento integran dinamismo y glamour, es decir, la funcionalidad de un compacto para ciudad y el lujo de lo moderno, todo en uno. Sus interiores, marcados con fuertes líneas casi esculturales, pretenden a su vez compactar el espacio para dar a la conducción urbana una sensación de ligereza.

Estamos casi seguros de que la cabina del futuro presentará novedades en forma de colores vibrantes e intensos, resaltados por ejes lumínicos que cruzan el vehículo a lo ancho y a lo largo. Además, en los asientos predominará la comodidad, inspirados en el mobiliario del propio hogar y ofreciendo cierta continuidad y fluidez en sus figuras. ¿Y de qué materiales hablamos? Principalmente cuero y piel, pero el terciopelo y el aluminio se postulan como sustitutos de la madera en detalles como pasamanos y puertas. Hablamos en este caso del segmento premium, claro.

Por supuesto, hablamos también de novedades tecnológicas que van desde diversos tipos y modos de conducción hasta volantes con reconocimiento de huellas dactilares, pantallas táctiles que permiten reciclar el aire en cabina, y baterías eléctricas bajo los asientos traseros que facilitan las funciones de recarga en movimiento del motor. El vehículo eléctrico del presente aún tiene un gran abanico de alternativas en las que mejorar.

¿Y si hablamos de SUV eléctricos?

Funcional, intuitivo y conectado. Puede que estas sean las principales características de los modelos utilitarios deportivos. En el diseño exterior parece que nos quedamos con lo esencial para conseguir optimizar la naturalidad y la perfección en uno solo. Una de sus prioridades en este sentido será la eficiencia con estándares tecnológicos del más alto nivel (algo en lo que el VE tiene mucho que aportar) mientras se combina el estilo y su funcionalidad práctica.

Vayamos por partes. El SUV debe poder moverse por cualquier terreno. Por ello, además de sus remates puros y lisos, las ruedas introducen arcos con texturas que permiten brindar protección contra rasguños y golpes. Para ofrecer seguridad en este aspecto, el parachoques se extiende lateralmente con coberturas de cuero y cápsulas de aire que absorben cualquier tipo de impacto. Los novedosos techos lacados tienen doble eficacia tanto con respecto a la iluminación interior y la protección frente a la radiación ultravioleta y el calor, como en su capacidad para transportar cargas adicionales.

Los diseños interiores estarán orientados hacia la comodidad, con mayor espacio y libertad de movimientos tanto para el conductor como para los pasajeros para un viaje relajado y agradable. Podemos ver modelos como el Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Hybrid Concept, la apuesta híbrida de Citroën que prefigura la futura versión híbrida del Nuevo SUV C5 Aircross.

El concepto «viaje» adquirirá un nuevo significado

No será la primera vez que oímos aquello de «lo importante es el camino, no la meta». El vehículo eléctrico del mañana podría adoptarlo como su nuevo lema. El viaje en coche debe ser inspirador para todos y, por ello, la sofisticación y el confort se dan la mano. Pronto veremos más prototipos con cuerpos anchos y hasta 5 metros de largo que permitan el transporte de hasta nueve pasajeros, pero sin renunciar a un exterior llamativo y accesible. Abajo podemos observar el Citroën Tubik, presentado en 2013.

El vehículo eléctrico ofrecerá mayor autonomía para realizar viajes completos de forma satisfactoria y cómoda. Así, se integran en su estructura cristales apaisados amplios y puertas laterales que, con un futurista movimiento circular, incrementan el espacio a ambos lados del vehículo. Además, el área para los pasajeros se convierte en un espacio de estilo lounge con materiales excepcionales tomados del mundo del diseño de interiores: asientos de fieltro, respaldos sedosos, elementos de almacenamiento en sus puertas y suelos de cuero. De nuevo, segmento premium de 2018, que podría ser el estándar en una década.

Otras innovaciones vienen por parte de las diferentes combinaciones que podrán hacerse de los asientos, modulares y ajustables para aumentar o reducir el espacio hasta en 2 metros cuadrados, e introducir mesas plegables, entre otras posibilidades. En la sección de consumos, estos modelos de «auto-caravana» equipan llantas más altas y estrechas con una resistencia muy baja a la rodadura para ayudar a optimizar el consumo de combustible, así como suspensiones hidractivas que aumentan el rendimiento aerodinámico a altas velocidades.

Dos marcas, una visión: moda y conducción

Hace años, Citroën y Lacoste dieron juntos un paso más hacia el futuro del vehículo eléctrico. Sencillo y de perfil bajo, pero con mucha sofisticación. Hablamos del Citroën Lacoste (2010), que ofrecía una opción moderna que apuntaba a confirmar la validez del espíritu de «menos es más». Este modelo, cultivado por las dos compañías en colaboración, fue un ejercicio de creatividad que cristalizó en un concept car como nexo de unión entre el mundo de la moda y el del motor, con un estilo único y deportivo.

El lujo de Lacoste se reflejaba en detalles de relieve en el capó y en diversos accesorios que imitaban a un vestuario amplio de telas y cortes, con una gama de colores y materiales verdaderamente originales. Pero lo más llamativo era su estilo minimalista, que no renunciaba a un diseño deportivo de cintura alta, texturas variadas y una estructura abierta y espaciosa. Su cuerpo exterior es sport y su interior muestra una gran personalidad en su mezcla del blanco y el azul oscuro, con toques de color amarillo brillante.

La cabina tiene numerosos lugares de almacenamiento, colocados discretamente bajo de los extremos del salpicadero y en los dos asientos traseros, los cuales a su vez están tapizados en piqué de algodón blanco, similar al icónico polo de Lacoste. Este no es sino un ejemplo más de cómo el diseño del coche eléctrico evoluciona, aportando nuevos y únicos estilos que cambian en paralelo a la tecnología. Embarcados hacia un futuro que ilusiona.

Entonces, ¿cómo será el vehículo del futuro? Los hemos visto al estilo de Los Supersónicos (1962) con el EGGO; superdeportivos bajos como el Egoiste EV; para viajes como la Tubik, o de lujo como el Lacoste. Cada uno de ellos presentaba una serie de características destacables, entre las que podemos deducir varias comunes: menos carrocería y más visibilidad pero sin disminuir la seguridad, y la electrificación.

Imágenes | Citröen Concept Cars