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Cuando nos cambiamos de domicilio, uno de los aspectos que analizamos es la potencia de luz contratada con nuestro proveedor. El convenio popular es que un hogar normal necesita una potencia mínima de 3,45 kW e incluso 5,75 kW, y es que cada vez tenemos más dispositivos y electrodomésticos dependientes de la electricidad.

Lo cierto es que mucha gente ha demostrado que se puede hacer vida normal con 2,3 kW sin tener que renunciar a poner la secadora o el aire acondicionado, si sabemos organizarnos. Pero, ¿y si nos hacemos con un coche eléctrico? ¿Podremos cargarlo con esa potencia?

¿Nos vale el enchufe de casa para cargar nuestro coche eléctrico?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que podemos cargar nuestro coche eléctrico en cualquier enchufe domésticoel llamado schuko. Este tipo de enchufe es el que podemos encontrar en nuestra casa, aunque lo recomendable es que usemos uno instalado en nuestro garaje y no lancemos un alargador por la ventana.

Con este tipo de enchufe podremos cargar nuestro vehículo eléctrico con una potencia de 3,7 kW y 16A de intensidad de corriente, aunque si tenemos contratado una tarifa de 2,3 kW lo haremos con una intensidad de 10A. Es lo que se llama recarga ocasional porque se entiende que se trata de una opción poco habitual que, aún así, servirá para buena parte de los usuarios con la recarga nocturna.

Con esa potencia podemos cargar en unas 10 horas algo menos de 23 kW (siempre existen pérdidas en la generación). Recordemos que por ejemplo la batería del Citroën C-Zero tiene una capacidad de 15 kWh, por lo que nos bastarían entre 7 y 8 horas para cargarla al cien por cien. Mucho menos del tiempo que el vehículo pasa aparcado por la noche. No es la opción más rápida, pero es la más asequible. Además, no tenemos que cambiar la instalación eléctrica. Usando esta opción, para un C-Zero obtendríamos una autonomía de 150 km.

¿Será suficiente potencia para nuestro coche eléctrico?

Una de las precauciones necesarias cuando contratas una potencia de 2,3 kW es no simultanear el uso de muchos aparatos en el hogar para no superar esa cifra. Ya sabemos que, en caso de hacerlo, saltarán los plomos y nos quedaremos sin luz.

El coche eléctrico se convierte en un dispositivo más para la red eléctrica de nuestra casa, por lo que deberemos tener la misma precaución de no simultanear su carga con el uso de otros aparatos. La mayoría de los propietarios de vehículos eléctricos precisamente aprovechan la noche para cargar, momento en el que presumiblemente tendremos las luces y la mayoría de electrodomésticos apagados, con excepción del frigorífico.

Además, al cargar el coche mientras dormimos podemos aprovecharnos de las tarifas con discriminación horaria. En este tipo de tarifas pagamos menos por las llamadas horas valle, aquellas que son más asequibles porque son en las que hay menor demanda energética. Estas horas valle suelen aparecer durante la madrugada, momento en el cual estaremos cargando nuestro vehículo eléctrico.

¿Nos vale cualquier garaje para cargar el coche eléctrico?

Una última cuestión que quedaría por resolver es qué punto de luz utilizamos para cargar nuestro coche eléctrico. Un factor determinante es que deberemos contar con garaje propio o plaza de aparcamiento en uno comunitario, pues será allí donde contamos con nuestro punto de carga vinculado. Existe la posibilidad de instalar puntos de recarga en la calle, pero es una posibilidad algo complicada de llevar a cabo en nuestro país.

Si disponemos de un garaje particular, lo más probable es que contemos con un enchufe del tipo schuko en el podremos cargar nuestro coche en las condiciones arriba descritas. En el caso poco probable de que no contásemos con ese punto de luz, podemos hacer una derivación desde el contador de nuestra vivienda, siempre ciñéndonos a la instrucción técnica complementaria del Reglamento electrotécnico de baja tensión ITC-BT-52, encargada de regular la infraestructura de recarga para coches eléctricos.

Si en cambio lo que tenemos es una plaza de aparcamiento en un garaje comunitario lo tendremos algo más complicado, pues es muy posible que no tengamos un punto de luz asociado a nuestro contador y los que haya serán de titularidad de la comunidad de vecinos. Una solución interesante es hacer una derivación desde el contador de nuestra vivienda, si las circunstancias lo permiten.

Es una opción asequible y bastante rápida consistente en tubo corrugado y cable protegido. Ni siquiera necesitamos el permiso de nuestra comunidad porque la Ley de Propiedad Horizontal nos dice que bastará con informar al presidente. Sí necesitaremos un electricista que haga cálculos.

En el caso de que tampoco podamos hacer la derivación desde nuestro contador (porque sea físicamente imposible), podemos instalar uno a partir del general del garaje, de tal manera que podamos repercutir el consumo realizado en la carga de nuestro coche. En este último caso sí necesitaremos el permiso de la totalidad de los vecinos, más electricista.

En cualquier caso se trata de un problema temporal, pues la Unión Europea está legislando a favor de los puntos de carga en los garajes comunitarios y a partir de 2020 deberían ser obligatorios en las viviendas de nueva construcción y las recién reformadas.

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Imágenes | Neven KrcmarekSiarhei HorbachPexels/JayMantri