El aún limitado número de puntos de recarga de nuestro país es uno de los aspectos que más recelo causa entre los consumidores. Aunque se ha demostrado que la autonomía que alcanzan los actuales modelos es más que suficiente para el día a día en la ciudad, muchos consideran que es aún insuficiente para plantear largos trayectos, y con ello las vacaciones. A continuación vamos a repasar el estado de red de puntos de recarga en España, comprobando que la situación no es tan diferentes de otros países, y que el futuro inmediato resulta ciertamente prometedor.
Un buen número de puntos de recarga
Como adelantábamos, muchos compradores evitan el coche eléctrico por el temor a no tener dónde recargarlo. De hecho, existe un gran número de ciudadanos desinformados que no saben que basta con un enchufe Schuko (el de casa) para cargar el vehículo.
Dicho esto, lo cierto es que cada vez es más habitual encontrar puntos de recarga en las ciudades de toda España, especialmente en centros comerciales y aparcamientos públicos. Al menos es lo que reflejan los números, como podemos comprobar en la web Electromaps, registro colaborativo de los puntos de recarga de nuestro país (y de toda Europa).
Según dicha web, a octubre de 2018. existen con seguridad 3.644 puntos de recarga registrados en nuestro país. Se trata de una cifra bastante fiable, ya que está constantemente actualizada por los usuarios (principalmente, propietarios de vehículos eléctricos). Sin embargo, se estima que la cifra real podría alcanzar los 3.800 puntos e incluso los 5.000, según AECA Group. Si están en la plataforma, existen, pero no por existir aparecen en ella: hay que introducirlos. Por eso, muchos no aparecen reflejados.
Incluso con la cifra más alta, hay países de nuestro entorno que nos aventajan con creces (aunque la mayoría van por detrás). Los Países Bajos tienen unos 32.000 puntos de recarga, y Alemania más de 25.000. Allí la movilidad eléctrica cuenta con más tradición. Nosotros estamos en el 5º puesto de la Unión Europea, lo que no está mal: doblamos e incluso triplicamos a algunos de nuestros vecinos como Portugal (1.500) o Italia (2.700).

Puntos de recarga para todo tipo de necesidades
Indistintamente de su número, hemos de saber distinguir entre los distintos puntos de recarga en cuanto a potencia, pero también el tipo de acceso al público. Así, podemos encontrar casi 1.000 puntos en superficie, generalmente en espacios públicos y con disponibilidad 24 horas, y otros 700 en parkings generalmente de carácter público. Hablamos de espacios abiertos sin horario.
Por otro lado, podemos encontrar puntos de recarga de titularidad privada, pertenecientes principalmente a empresas o instituciones: supermercados, hoteles, gobierno, etc. Aunque la mayoría está completamente abiertos al público, y muchos son gratuitos, también tienen una disponibilidad limitada debido al horario laboral de sus empleados. Por ejemplo, algunos centros comerciales permiten recargar de forma gratuita el vehículo eléctrico si compras, pero llegada la hora del cierre te pedirán que saques el vehículo del parking.
Por último, cabe destacar los puntos de usuarios particulares. Aunque están situados en garajes y propiedades privadas, sus propietarios pueden ofrecerlos de forma desinteresada a otros conductores. Según Electromaps, en España hay 200 de estos propietarios particulares registrados que ofrecen su punto de recarga a otros usuarios. Pero, ¿por qué alguien abriría su cargador a otro usuario?
Recarga en el hogar, cada vez más fácil
Cada vez son más los particulares que instalan puntos de recarga en sus domicilios. Es una opción asequible y muy útil. El usuario cada vez tiene más fácil instalar un punto de carga vinculado a su vehículo.
La Ley de Propiedad Horizontal da facilidades a la instalación de puntos de recarga en garajes comunitarios. Las últimas modificaciones introducidas tratan específicamente de ello, poniendo tres únicas condiciones:
- que el punto de recarga vaya en una plaza individual;
- que se comunique previamente a la comunidad;
- y que el usuario asuma íntegramente el coste de la instalación (aunque hay ayudas).
Así, cualquier particular puede instalar un punto de recarga vinculado en su plaza de garaje, tan sólo avisando al administrador de la comunidad, y sin necesitar permiso alguno de éste o del resto de vecinos, salvo excepciones.

A esto hay que sumarle los esfuerzos de la Unión Europea por favorecer la instalación de puntos de recarga particulares. Hasta ahora, la normativa española exige a los constructores en las nuevas viviendas la preparación de las canalizaciones y huecos en los garajes comunitarios. Pero una Directiva aprobada este mismo año exige además la instalación del cableado necesario, por lo que la instalación de puntos de recarga se simplifica más aún. La Directiva también establece un tiempo de adaptación a las edificaciones de reciente construcción para que se adapten a estas medidas.
Gracias a esta facilidad y bajo coste, algunos usuarios liberan su cargador a la comunidad bajo la premisa de que todos puedan usarlo en un determinado horario. De este modo, cuando ellos viajen con su vehículo eléctrico a otra ciudad, también encontrarán puntos público-privados donde cargar.
Puntos de recarga para largos trayectos
Cada vez son más las opciones que contamos para cargar nuestro vehículo eléctrico. Además, las autonomías con las que cuentan actualmente las baterías, resultan más que suficientes para la mayoría de los usuarios. Contamos con modelos como el Citroën C-Zero, con una autonomía de 150 kilómetros, o el Citroën E-Berlingo Multispace, que puede recorrer hasta 170 kilómetros sin recargar. La mayoría de españoles hacemos menos de 100 kilómetros al día con nuestro vehículo, y estas autonomías son más que suficientes para el día a día en la ciudad.

Sin embargo, algunos consumidores creen que aún es insuficiente para salir de la ciudad o plantear trayectos mayores. Irse de viaje, trabajar repartiendo mercancía o vehículos grandes: aún hay sectores de la movilidad que requieren ser electrificadas. Por ejemplo, es cierto que la mayor parte de puntos de recarga se concentran en las ciudades, y esto deja fuera pueblos pequeños. Aunque también es cierto que en poblaciones pequeñas enchufar nuestro coche en el garaje es más fácil, incluso usando un alargador.
Cada vez son más las iniciativas para aumentar la red fuera de los entornos urbanos. Es el caso del proyecto CIRVE, siglas de “Corredores Ibéricos de Infraestructura de Recarga Rápida de Vehículos Eléctricos”. El fin de este proyecto es conectar la Península Ibérica (tanto España como Portugal) con el resto de Europa, aumentando la presencia de infraestructura de recarga en estos corredores de comunicación. Para ello, se valdrán de 40 puntos, 25 de los cuales serán de nueva ubicación y de otros 15 ya existentes que serán adaptados y mejorados.
Las empresas energéticas garantizan el futuro del coche eléctrico
Que empresas eléctricas como Iberdrola o Endesa se impliquen en proyectos como el CIRVE no es casualidad. Endesa ya ha demostrado su compromiso fomentado la movilidad eléctrica en su plantilla (7 de cada 10 coches eléctricos en España son conducidos por empleados suyos). Pero quiere extender este compromiso a todos los consumidores, para lo cual ha prometido la instalación de 600 puntos de acceso público de aquí a 2020. Para una sola marca, incluso grande, es bastante.

Le anda a la zaga Iberdrola, que también ha anunciado la instalación de 400 puntos de recarga en 200 estaciones para antes de 2020. Estas 200 estaciones estarán situadas en las principales autovías y corredores (Mediterráneo, Cantábrico y Ruta de la Plata), y estarán separadas por un máximo de 100 kilómetros. Además, contarán con cargadores para todos los tipos de vehículos y de carga (rápida, super rápida y ultra rápida). De esta forma, se garantizan cargas en menos de media hora, ideal para los desplazamientos largos o vehículos con autonomías más modestas.
Cada vez son menos las excusas válidas para negar al vehículo eléctrico. Su llegada creciente es un hecho palpable y tanto la tecnología como la voluntad de marcas como Citroën se engargarán de derribar las últimas barreras que faltan.
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